Artista invitado: Fabhio di Camozzi

Cruz del Eje, 12 de abril de 2009


(...)
La verdad es que su generoso ofrecimiento a reflexionar sobre ¿QUE HAGO PARA VIVIR?, en el marco de su proyecto COHABITACIÓN, llegó en un momento en que mi pensamiento estaba siendo participe de un gran movimiento que incluía a la totalidad de mi ser productivo. Pensar en la cuestión que Uds. me proponían era justamente una posibilidad muy complicada entonces porque puntualmente caía sobre mí hacer vida, donde nada estaba quieto y donde no era posible soportar ninguna otra carga.
Costó entonces hacer foco, y estructurar coherentemente, determinar bordes, poder sincerarme en el discurso. Y no fue fácil tampoco encontrarle una forma, una manera textual, una estética conforme, porque en esa misma época estaba trasmutando mi hacer escrito del texto en prosa (…) al formato de auto-entrevista que Uds. pueden leer ya en HABITABLE (proyecto de muestras en f a c e b o o k).
Razones más, razones menos, lo interesante es que después de dejar descansar casi por un mes este escrito que hoy les envío, finalmente lo leo y siento que si bien seguramente le faltan muchas vueltas de rosca, ya acompaña coherentemente lo que pienso al respecto de mi hacer para vivir.
(...)



Fabhio di Camozzi (fragmentos de carta)

¿Qué hago para vivir? / Algunos puntos de referencia.

por Fabhio di Camozzi


1-
En primer lugar, creo que para vivir tengo una voluntad de hacer como artista.
De acuerdo a mi estado de ánimo, que tiene que ver con mi carácter y con mi “manera de ser en el mundo” (…), y en relación al contexto de lugar en el que vivo, muchas veces, como es común en muchos hombres, he decidido no vivir. Yo soy un hombre común en ese sentido.
Pero al reflexionar como artista (…) he encontrado en el arte uno de los motores más potentes que me impulsan a la vida siempre, nuevamente.
Vivo por que puedo amar y porque deseo dejarme amar. El amor es mi tecnología. El arte es su plástica, su forma.
El arte es una manera de amar en mí. Y es una forma de expresión contextual -desde mi cuerpo pensante, reflexivo- que enuncia la realidad que he elegido construir después de cada una de mis muertes.
Para mí, la vida tiene que ver con la muerte, incluso. Y también con el amor, formalmente, como contextura.

2-
Todo lo que hago a diario para vivir es parte de esa manera que he elegido en el arte para ser el hombre que soy.
Solo me hace falta una decisión constante de accionar productivamente, construyendo vida en ese sentido.

3-
El arte es un modo lingüístico por donde atravieso mi pensamiento acerca de lo que hago en la vida.
Es un puente que permite, a su cruce, una transformación íntima de situaciones por las que paso en mi común transitar, especulando acerca de la humanidad que me conforma, desarrollándome, saliéndome por el extremo (…).
El arte hace posible entender mi manera ordinaria de vivir como una cuestión extraordinaria que debe ser compartida.

4-
He leído Shakespeare en mi adolescencia para soportar la presión del mundo sobre mi cuerpo,
he visto cine experimental en mi edad joven temprana para intentar comprender mas globalmente al hombre contemporáneo,
he estudiado filosofía para pensar comprensivamente mi edad joven,
he decidido dedicarme al arte como manera de vivir en mi primera etapa de madures,
he dejado el mundo del arte (…) para poder evolucionar antropológicamente como un artista mortal.

5-
[Recuerdo qué] realicé una película (…) con mis amigos y compañeros de trabajo, en el dos mil cinco, a quienes conocía por compartir aburridas y obligatorias jornadas laborales en un call center de la ciudad de Córdoba. Allí yo era el artista, o a quien se le reconocía por ese nick (…). Era quien sabía escuchar sensiblemente acerca de los deseos, los miedos, las frustraciones y las vidas interiores de los otros (…). También era uno más de los miles de recursos humanos anónimos que llevábamos adelante seis horas de trabajo informando a los clientes de una empresa de telefonía móvil.
Resultó que muchos de los amigos que me rodeaban querían ser artistas; actores del arte, en realidad (…).
Les propuse hacer su película (porque yo ya sabía de antemano que eran artistas).
A partir de ese momento nuestras vidas cotidianas se transformaron.
Entendí que nuestro trabajo en el call center implicaría, desde ese momento, una realidad distinta: “ahora nos pagan para hacer una película; ahora trabajamos aquí para vivir” (…)
Hicimos “Atropello Imperfecto”, un audiovisual bastante experimental, muy básico y simple, que escribimos, direccionamos y produjimos entre todos. La edición de la maqueta final la hicimos también conjuntamente, seleccionando, cortando, pegando; dando sentido a esa experiencia como ensayo relacional.

6-
En Córdoba capital viví catorce años. Solo en 75 ocasiones me ausente de esa ciudad por intermedios de tiempo que van entre dos horas a ocho meses.
Desde mil novecientos noventa y cuatro comencé a trabajar en mi obra como artista en el contexto de la ciudad de Córdoba.
A partir del año dos mil transformé mi trabajo de obra por una construcción de pensamiento acerca de mi vida a través del arte:
Modifique mi nombre. Le agregue una hache. Y un di. Y me quedé con un personaje que lleva el segundo nombre y el apellido de la madre de ese quién realmente soy. Destronqué el mandato del padre para mi vida en el arte. Y comencé a accionar. Y a eso también lo hice para vivir. Y cohabito aún en ello.

7-
Trabajé por fuera de lo que la profesionalización patriarcal me decían decente para mi clase media coyuntural, la que cree aún que lo mejor que le puede pasar a un hijo es obtener un título de grado universitario que le permita vivir (…).
Estudié artes, arquitectura y filosofía en la Universidad Nacional de Córdoba.
Fui heladero, preventista de seguros médicos y representante para la atención telefónica al público en una empresa multinacional.
Después fui un hombre muy pobre / muy rico (…) y un artista muy reconocido en mi pequeñísimo contexto.
Esta realidad urbana -que experimente como artista en Córdoba capital- me llevó a varias muertes, como ya dije.
Para vivir decidí irme de ahí.

8-
Hoy, para vivir, desde fines del dos mil siete, habito en una pequeña urbe del interior de Córdoba, rodeado de plantas, de arboles, con tres perros y cuatro gatos, y mucho amor…
Para vivir volví a ser hijo a los treinta y pico. Y un hombre anónimo cualquiera (…). Y un artista relativo solo a un propio concepto de arte (…).
Estoy tranquilo, en paz.
Trabajo en una dietética que es un diseño, en realidad, qué yo mismo realicé como estrategia de artista para proveerme de dinero, de un lugar de camuflaje seguro donde desarrollar mi obra (…) y de una actividad que regule ordenadamente mi tiempo.
Les propuse a unos inversores jóvenes con los que tengo una gran confianza y que disponían de un poco de dinero para invertir en algún pequeño emprendimiento, abrir MUCHO GUSTO! (así se llama este negocio).
Ellos buscaban algo que les permitiera experimentar en administración de empresas y comunicación social y este proyecto resulto ideal para eso.
Recibo un sueldo mensual por atender al cliente y por pensar proyectivamente en artes mi trabajo anterior y lo que está por venir (…).

9-
Para vivir tengo que poder cohabitar constructivamente.
He desarrollado todos mis proyectos siempre relacionados con otros mundos diferentes al mío. Ese es mi propio método: sumando esfuerzos complementarios todo es posible.
Con el sistema del arte imperante, por ejemplo, que tengo a mi alcance por ser un profesional legitimado (…) y en el que sus instituciones disponen de mi trabajo como obras de un artista que critica, incluso, a la propia institución, mostré Atropello Imperfecto, a la venta, como videoarte (…), en la Feria Internacional de Galerías ArteBA para su edición del dos mil siete.
Asimismo, Mucho Gusto! se mostró por primera vez, por dar otro ejemplo reciente, en Bola de Nieve (sitio de arte argentino / www.boladenieve.org).
En facebook, actualmente en el dos mil nueve, realizo una muestra individual que llamo HABITABLE y donde muestro lo que hago para recuperar una habitabilidad en el mundo del arte dentro de algún espacio común que posibilite un real desarrollo personal a nivel contemporáneo, hecho entre todos (facebook ha sido reconocido a comienzos de este año como una de las comunidades virtuales más potenciales en cuanto a relaciones interpersonales se refiere y alberga, en el caso del arte argentino actual, a una gran cantidad de artistas, instituciones y público […] activamente interconectados).

10-
Para vivir hago estas y otras muchas / diferentes cosas: participo de diversos contextos, busco, predomino, saco conclusiones, armo estrategias, me mantengo en movimiento.
Y soy siempre autocritico, de un modo práctico.
Tengo en claro que el origen de cualquier ideología que disponga como hombre para hacer mi ser presente (…) será una “forma” de arte inmanentemente antropológico (…),
permitiéndome de este modo estructurar de manera positiva mi propia evolución constante.
Construyo todo el tiempo mi propio lugar y mi propia vida. Y también mi propio mundo del arte.

Notas

  • Si, la realidad no es otra cosa que el resultado transitorio de lo que hacemos juntos, aquello de lo que puedo hablar con el otro, un producto de múltiples negociaciones.
  • El arte aparece con el objetivo de reducir cualquier tipo de acuerdo a priori.
  • Hay que tener en cuenta que “la locura” (salirse de la realidad) no está en la persona, sino en el sistema de relaciones al que ésta pertenece.
  • Las situaciones que construimos, que configuran el mundo, nacen a partir de intercambios. Intercambiamos nuestro tiempo, lo hacemos “comprable” por contrato; acumulamos, consumimos.
  • Tomar un lugar de exhibición como un espacio para cohabitar, un escenario abierto, entre un decorado, un estudio de filmación, de documentación, de producción de potencialidades y de acercamientos de miradas.


(Notas a partir de textos de N. Bourriaud)

Sobre el proyecto: Cohabitación ( Plaza Huincul/ Cutral-Co)


por Andrea Fernández


Armamos esta exposición: “Cohabitación ¿Qué haces para vivir?”, que había empezado con la idea de ser algo así como un concierto de música contemporánea de un percusionista, Hardcore, donde yo iba a exponer algo, pero toda la previa se transformó en un “hacernos compañía” en nuestra situación y nuestra búsqueda, en Plaza parecíamos un poco locos, absurdos, perdidos, inquietos.
Decidimos invitar a amigos que estaban produciendo, que quisimos de alguna forma empujar a mostrar.
Yo venia con todo mi conflicto de estar hace un año ganando dinero trabajando sin producir nada, viviendo el trabajo no como producción de alguna cosa sino como venta de tiempo humano.
No fue casual que pasaron a formar parte de este proyecto, con papeles muy importantes, Cecilia y Fabián, artistas muy particulares, que quiero y admiro, que a veces me provocan bronca con sus decisiones, pero tienen una coherencia firme en luchar para vivir de una forma plena y no venderse, la pelean para producir, para decir, para seguir aprendiendo aunque el mundo se les venga abajo…
La muestra estuvo bien, pero fallaron un par de cosas…me quedo un sabor raro, y me parece que una forma de continuar con este proyecto es armar un blog, para mostrar los trabajos, la muestra termino siendo una obra, la obra fue hacer esta muestra en este lugar, con esta gente, no la puesta en si
.


(de mail de Andrea desde el desierto a Fabhio en las sierras)




Al terminar mi "carrera" en Tucumán escojo una localidad para trabajar, para habitar: Plaza Huincul, en su hábitat me encuentro con producciones particulares que se encuentran por fuera del circuito del arte contemporáneo, que en algunos casos ni siquiera se autodenominan como prácticas artísticas y en los que si lo hacen no intentan ingresar a un sistema que los legitime. Éstas son producciones que surgen paralelamente a otras actividades realizadas, muchas veces con las mismas herramientas, en relación a la subsistencia económica.


Fernando Ranni "el fotógrafo del pueblo" me presenta una tarde de viento en Plaza Huincul al “Hardcore” Contreras, percusionista que había regresado a vivir a la comarca petrolera después de años de estudiar en Roca-Río Negro, con quien más tarde mantendríamos largas charlas que nos llevarían a pensar en "hacer algo".


Iniciamos este Proyecto como una propuesta para subrayar la convivencia de diversas producciones en un mismo espacio x, pero va siendo modificado por el ingreso de nuevos actores y movimientos que generan nuevas propuestas y reflexiones, ampliando la propuesta inicial.


En una primera etapa diseñamos el proyecto con Hardcore como una reacción al contexto que habitábamos mostrando lo que hacíamos "para vivir"( para sentirnos vivos), abriendo nuestras producciones artísticas (ya en ese contexto intimas) al diálogo con otros, teniendo en cuenta la indiferencia de las políticas culturales de estas localidades hacia la multiplicidad de las expresiones artísticas, y teniendo en cuenta que la mayoría de "los otros", posibles espectadores, entienden que "para vivir" hay que ganar dinero. Nuestra intención inicial fue entonces contraponer el consumo a la producción, nuestras elecciones como una forma de resistencia, algo así como: queremos seguir creando aunque nada esté a nuestro favor (aunque tengamos todo en contra).

Luego ingresa al proyecto Fabián Urban, artista audiovisual con el que trabajo en conjunto durante el 2008, él vive en la capital de Neuquén (a una hora de Plaza Huincul), ha estudiado cine y música también en Roca. Su mirada da una nueva vuelta a la propuesta, es un visitante "cercano" que busca interrogar al contexto presente, reflexionando sobre los procesos socio-político-culturales difusos y sus históricas marcas en la gente. Él interpreta nuestra acción como una aproximación a la creación de un pequeño contexto dentro de uno inexistente.

Decidimos realizar una exposición colectiva en la Biblioteca Popular de Cutral-Co. Invitamos, (además de los ya mencionados) a Fernando Ranni, fotógrafo, y Andrés Ormaechea, cineasta, ambos viven también en Plaza Huincul, son contratados repetidas veces por las autoridades locales o regionales para realizar el registro de lo que será la historia de estas ciudades hermanas (Cutral-Co y Huincul), toman con sus cámaras las imágenes que luego conformarán los archivos visuales de estas localidades, en sus ratos libres miran el paisaje, la gente y sus historias, con intenciones "mas artísticas", con una mirada más cercana a la crítica y la reflexión.


Invitamos posteriormente también a exponer, y a formar parte de este proyecto, a Cecilia Villafuerte, artista visual tucumana con la que compartí taller en la facultad de artes, ella trabaja principalmente con textiles, en objetos e instalaciones. En la exposición colectiva ella fue quién"abrió el juego", dando una nueva vuelta a la propuesta como visitante "lejana" del contexto, pero cercana en la problemática de producción artística en relación a la subsistencia económica. Ella analiza como eje de este proyecto a la diversidad, la observación de las diferencias, y el establecimiento de "la diferencia" como soporte de producción, entiende el "cohabitar" en relación directa a formas y sentidos, entramados en una red de entendimientos preceptúales, y pone especial acento en la escenificación, como apropiación del espacio, estableciendo asociaciones plásticas, formales e ideológicas situadas en transitoriedad.


Proceso de construcciones

Ensayo Hardcore

Procesos internos. Promocion por radio. Palabras de bienvenida en noche de exposicion, por Hardcore y Andrea.




Cecilia Villafuerte, entretextiles, preparativos.





Desenredando cables de auriculares con marimbas.




Biblioteca en transformación.

Biblioteca Popular "Carlos H. Rodriguez"


Cecilia Villafuerte

Andrea Fernandez-Cecilia Villafuerte-Hardcore Contreras

Fotografias y papeles estampados: Andrea Fernández
Fernando Ranni-Fabian Urban-Cecilia Villafuerte



Detalle: Entretextiles. Cecilia Villafuerte



Hardcore en concierto



Fotografias de Fernando Ranni

Microcontextos

Cohabitación ¿Qué haces para vivir?
(Generando aproximaciones)

Por Fabian Urban



Una acción que busca revivir archivos de la memoria, una instalación donde formas y colores se re-construyen para ofrecer la base de la experiencia estética, la video instalación como reflexión sobre la condición humana y su relación con el medio. La abstracción de los sonidos, las documentación de lo cotidiano y la ficción de lo imposible, fueron las invitaciones para la contemplación y la reflexión, abriendo un diálogo multiplicador entre éstas hacia la conformación de una obra mayor.
Se trata de interrogar nuestro contexto y nuestro tiempo en un proceso socio-político-cultural difuso, con históricas marcas en la gente. Las obras presentadas nos invitan a reflexionar sobre la cotidianeidad, sobre la relación con el medio, sobre la existencia, ofreciendo algunas claves para comprender(se).
Estas son miradas sobre distintos motivos y sus consecuencias, traducidas en lenguajes estéticos que se desplazan de la instalación al documento, de la música al video. Instantes para la contemplación y la reflexión sobre múltiples horizontes ofrecidos gracias a las múltiples miradas, lo cual, constituye a su vez en la gestación de un micro-contexto para el arte contemporaneo.


Metadiseño de contextos.


En el arte como en la vida, hay veces que las cosas no son lo que parecen, que ocultan un significado subyacente y que solo se entrega en la medida que le prestemos nuestros sentidos, nuestra atención, que requiere un lectura “entre líneas”. En esa dirección se despliega el caso de Cohabitación ¿Qué haces para vivir?
Casi como un caso paradigmático dentro de la escena artística contemporánea local, no se trata de un encuentro fortuito entre artistas y sus diferentes lenguajes. Su estructura es más fuerte que las partes que la componen, supera en definitiva la individualidad de las partes.
Cohabitación significa la creación de un escenario microscópico, es un micro-contexto que nace de la reflexión teórica y la necesidad del medio.
Las obras funcionan en relación a un todo, a un corpus, ellas son, en función de una empresa mayor. Cada una es sección de la otra y vive en función de un proyecto edilicio mayor.
Fue la creación de un pequeño contexto dentro de uno inexistente. Ese intersticio es la oportunidad para hacer, como principio de una escena. El diseño de un microcontexto es en definitiva el objetivo último de nuestra propuesta.

Nos paramos en el lugar de la pregunta y ofrecemos una respuesta, nuestra, como lectores de un espacio y tiempo específico dentro de un espacio y tiempo globalizados, nuestra perspectiva como artistas.
Así, surgió resignificar significados acabados en otro tiempo y lugar para desarrollarlo en este territorio.
Concientes de que las nuevas vanguardias ya no buscan horizontes dentro de lo formal sino más bien buscan crear nuevos espacio de creación, reflexión y contemplación. Y es allí donde cohabitación se presenta como posible solución. Esa apropiación del hábitat fue el motor para establecer una huella con el otro...
Acumulación de todo para llegar a la Nada, esa es la cuestión. Una paradoja mística para definir una geografía de haceres en relación al todo. Hibridación de continentes y contenidos para, inadvertidamente, ingresar un elemento de extrañamiento en un hábitat para conocer y despejar dudas.


Cohabitación es entendida entonces como una “practica expandida”, fuera del clásico ámbito de exhibición y legitimización de artistas y discursos.
En un contexto global en donde se “establecen las tendencias y los estilos de las artes, las líneas editoriales, la publicidad y la moda”
[1], decidimos buscar una alternativa para desdibujar esas geografías y adoptar un nuevo sistema de producción paralelo y a su vez sin negar los viejos dogmas imperantes.

Es en consecuencia, una reflexión sobre la hibridación de sectores diseccionados, es un negar la diferencia para apropiarnos con lo que nos une. Sin embargo arriesgamos crear diferencias y formas de arraigo personales. Si bien se produce una desterritorialización de las artes (según las apuestas que desarrollan los países mal llamados “dominantes”) se produce también una “reterritorialización” representados por movimientos sociales que afirman lo local
Cohabitación se presenta como un escenario paralelo donde se cruzan otros códigos de identificación y formas de producción ocultas. Cohabitación es una mise en scène que pretende transformar condiciones socioculturales y comunicacionales en una geografía pensada para tal accionar.



En definitiva, Cohabitar significa reconocer(nos) y comprender(nos). Entendido como resignificación y expansión del término. No es otra cosa más que ampliar las metáforas de nuestro espacio habitacional. No es otra cosa más que hacer evolucionar el paradigma de nuestro arte y nuestras relaciones, es decir de nuestra relación con el mundo y de lo que podemos ofrecerle.


[1] y [2] Néstor García Canclini "Consumidores y Ciudadanos. Conflictos multiculturales de la globalización"